martes, mayo 15, 2007

El vuelo inesperado


Una caricia sin nombre recorre su exaltado viaje hacia el fin del mundo, el fin de todo lo racional, el comienzo de la tierra de la magia.
El frío en la mente, un olor a flores secas, los ojos perdidos en el cielo… ¿donde esta la dulzura?

Un lenguaje en varios idiomas, algo que no alcanza a descifrar, ya se ha cansado de oír,
Su tristeza llena de soledad le pinta una alegría falsa,
De un sueño en que no hay silencio
En donde sus vidas pintan la alegría en sus almas.

Y he sido yo la culpable
De no detener el silencio,
Para explicarte la noche fría que estoy viviendo.
Mi felicidad va mas allá de lo que he fingido…
A veces no amanece en mis ojos
Y dios solo ha guardado silencio…

1 comentario:

tierragramas dijo...

es siempre el silencio. Es siempre el culpable de todo lo que nos acongoja. Y Dios nos mira de esa forma más encima, y hay veces en donde lo único que queremos es ruido, y no cualquiera, sino una dulce voz que nos guie.


Maldigo el silencio, y lo hago por que aprendí a vivir con él.


Saludos